Ya he comentado varias veces en el podcast que por motivos de pareja, a veces no tengo más remedio que ver Cuarto Milenio, y el pasado domingo no fue una excepción. En cierto modo no es algo que me moleste, ya que está bien eso de conocer al enemigo y a los engañadores.
En la última emisión de este espacio de «entretenimiento y humor», en la habitual mesa de debate que suelen montar, en la cual los iluminados curiosamente siempre se sientan a la izquierda, y las personas que suelen defender posturas coherentes se sientan a la derecha, se hablaba sobre la telepatía. En la mesa se sentaban las siguientes personas aparte del presentador Iker Jiménez:
La Banda de los Iluminados
- Santiago Vázquez: Un Iluminado, que quizás no llega a la altura de Enrique de Vicente, pero que es un digno sucesor, que repetía una y otra vez el mismo mantra: «Hay estudios científicos que demuestran la existencia de la telepatía». Por cierto no mostró ninguno, solo «estudios» que se incluían dentro de un libro/panfleto de materia «magufil».
- Ramón Campayo: Es un señor que se presenta como el memorizador más rápido de la historia, y campeón del mundo de la modalidad de memoria rápida, con unos cuantos de records mundiales en esta disciplina, y que entre otras perlas, como fiel defensor de la telepatía, llego a decir que la mente controla el cuerpo, y que somos esclavos de ella, poniendo como ejemplo algo tan estudiado por la ciencia como las enfermedades psicosomáticas.
La Banda de la Coherencia
- Manuel Martín-Loeches: Profesor de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y Coordinador de la Sección de Neurociencia Cognitiva del centro UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos.
- José Manuel Nieves: Periodista y director del área de ciencia del Diario ABC. (Tengo que admitir que este señor es mi ídolo en estas mesas de debate porque le toca siempre pelear con la más fea).
Sin entrar a valorar el debate en sí mismo, ya que fue lo que todos esperaríamos de este programa, con la Banda de los Iluminados soltando mentiras, y repitiendo el mismo mantra, mientras que la Banda de la Coherencia se las rebatía una a una, lo más interesante llegó al final del debate cuando Ramón Campayo, el campeón del mundo de memoria rápida y fiel defensor de la telepatía, propuso hacer una demostración con todos los presentes de sus dotes telepáticas, y aquí la cosa se puso interesante. Voy a desgranar una a una las instrucciones del juego que dio este señor para que veamos como fue dirigiendo a los participantes para que el juego en sí no fuera tan azaroso:
- El juego consiste en que cada uno de los presentes (Ramón Campayo, Santiago Vázquez, Iker Jiménez, Manuel Martín-Loeches y José Manuel Nieves) tenían que escribir en un papel, un número de 2 cifras: Se pone la cosa interesante, valdría cualquier número del 10 al 99, que me parece un abanico lo suficientemente amplio como para que no haya truco.
- Pongamos números del 10 al 50 : Bueno, ahora son solo 41 números, pero aún así, con solo 5 participantes en el juego, podríamos pensar, que el azar está minimizado, así que venga, vamos a seguir adelante.
- El número que escribáis debe estar compuesto exclusivamente por números impares: Aquí ya se me empiezan a caer «los palos del sombrajo» . De un plumazo, acaba de cargarse 31 números de los 41 que después del anterior paso podrían elegirse. Para empezar se carga todos los números de la decena de los 20 y 40, además todo los que tengan un número par en su cifra, y para colmo, como el cero no es ni impar ni par, nos acabamos de quedar sólo con los siguientes números: 11, 13, 15, 17, 19, 31, 33, 35, 37 y 39 . Es decir de 41 números que según la instrucción 2 podríamos elegir, de golpe y porrazo, acaba de dejar solo 10 números a elegir, con lo que cada número pasa a tener una elegibilidad del 10%.
- Tampoco valen números en las que ambas cifras sean iguales: Con esta cuarta instrucción acaba de cargarse también al 11 y al 33, pasando solo 8 números a ser elegibles, que son 13, 15, 17, 19, 31, 35, 37 y 39 . En estos momentos la elegibilidad de cada número acaba de subir al 12,5%, que puede parecer una tontería, pero si analizamos los números, acaba de subir en un 25% la elegibilidad de cada número.
- Por ejemplo, el 11 no vale porque es 1 y 1: En esta instrucción tan simple, en la que parece que solo se elimina un número, el 11, cuando dice «no vale porque es 1 y 1», debo admitir que inconscientemente eliminé de mi pensamiento todos los números que contenían un 1. Igual son paranoias mías, pero si hubiera dicho «el 11 no vale porque los dos números son iguales», puede que solo hubiese eliminado ese número, pero al decir «porque es 1 y 1», decidí dejar de elegir además del 11, el 13, 15, 17 y 19. Es decir, tras estas instrucciones, mi elección se reducía al 35, 37 y 39. 3 posibilidades de las 41 que tenía en principio. Creo que deja bastante claro que el número no iba a ser elegido tan al azar como el señor Ramón Campayo pregonaba.
Tras estas instrucciones, Ramón Campayo escribiría un número, al igual que los otros cuatro componentes de la mesa de debate. Si analizamos las posibilidades anteriormente expuestas, ahora la probabilidad de cada número es del 33% frente a al 2,44% inicial de los 41 números entre el 10 y el 50, lo que significa que hemos aumentado la probabilidad de cada número la friolera de un 1352,46%, con estas, en apariencia sencillas, instrucciones. No quiero decir con esto que la probabilidad de un número sea mayor que 100%, simplemente que la probabilidad inicial se ha visto aumentada en un 1352,46%, pero el porcentaje de elegir un número es del 33%.
Si hay 5 personas en la mesa, y sólo 3 números elegibles, a la fuerza al menos por probabilidad, 3 personas van a coincidir en el número. En realidad no tiene porqué forzosamente coincidir 3 personas, pero todas las combinaciones van a favorecer al defensor de la telepatía. En el peor de los casos, la distribución será que dos parejas elijan cada uno un número, y otra persona se quede suelta. Llamemos a esta posibilidad 2-2-1. Siguiendo la misma nomenclatura, las posibilidades restantes serán, 3-1-1, 3-2, 4-1 o 5-0. De esta manera todas las posibilidades «favorecen al telépata». Siempre habrá al menos dos personas conectadas. Hubiera estado gracioso que la distribución hubiese sido 3-1-1 o 2-2-1, y que el que se hubiera quedado sólo fuese el telépata. Curiosamente, fueron 3 personas las que coincidieron: Ramón Campayo, Manuel Martín-Loeches y José Manuel Nieves, al escribir el número 37. Iker Jiménez por su parte escribió el 39. La cosa hubiese sido cojonuda, probabilísticamente hablando si Santiago Vázquez hubiese escrito el 35, pero el iluminado del señor Vazquez escribió el 23. Sin comentarios. Curiosamente con su torpeza (fortuita o buscada), solo deja tres posibles distribuciones 4-0, 3-1 y 2-2 de las cinco iniciales (5-0, 4-,1, 3-2, 3-1-1, 2-2-1). Es decir, todo favorece a la «explicación de lo ocurrido» con la telepatía.
Como curiosidad decir que yo también elegí el 39. ¿Quiere eso decir que Iker Jiménez y yo estamos conectados telepáticamente? Evidentemente no, las probabilidades de coincidencia eran muy altas. Me paré a pensar qué hubiese pasado si Ramón Campayo no hubiese escrito el 37, y sí el 39. La respuesta es obvia, ya que el señor Campayo argumentaría que ha habido telepatía entre él e Iker Jiménez, y que a su vez la había habido entre Martín-Loeches y José Manuel Nieves.
No nos engañemos, no había absolutamente ninguna posibilidad de que no hubiese habido números repetidos en esos papeles, y eso contando con el esfuerzo que hizo Santiago Vázquez por fastidiar el «experimento». Ha sido un simple truco de ilusionismo.
Si alguien tiene interés en cómo se desarrollaron las cosas, aquí tenéis el enlace al video. Iker Jiménez no reveló su número hasta el final del programa, pero fue honesto al admitir que su número no era el 37 y sí el 39.
¿Qué pensáis de este «experimento?
Un saludo
Kike Silva
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