La verdad es que no. No me entusiasma demasiado. Veo algún trozo de algún partido de vez en cuando. Y mucho es.
Sí es cierto que me alegro de que la final de la Davis se celebre en Sevilla, mi ciudad, como me congratula cualquier otro evento que pueda difundir la imagen de la vieja Serva La Bari por el mundo mundial.
Lo malo es que la imagen que se va a difundir tiene más que ver el tópico de gente bailando flamenco en cualquier esquina, toreros haciendo el paseíllo por Sierpes todos los días de 11 a 13h y pasos con Cristos crucificados por la calle 376 días al año (en Misión Imposible 2 tenéis un ejemplo de visión estereotipada y, además, errónea y confundida).
Y que John Woo tenga esa imagen de Sevilla sacada de guías de viaje (de varias ciudades españolas a la vez) de los años 60 es malo, pero, bueno… es un señor con los ojillos rasgaos. Casi que se le perdona. ¡Que me pregunten a mí de Cantón, que no tengo ni puta idea!
Lo malo es que señores con ojillos no rasgaos y de aquí hayan tenido las gordísimas pelotas, más gordas que las de tenis, de diseñar y / o aprobar el diseño de las entradas de la final de la Copa Davis 2011 en Sevilla. Atentos:

(fotografía gentileza de @martasegura)
Con dos cojones y bata de cola!
Los mismos señores y señoras que han tenido el mérito de conseguir que este evento se celebre aquí, tienen también el demérito de conseguir que el más rancio de los tópicos se propague una «mijita» más. Eso es lo que nos queda. Guitarra y pandereta. Y señoras con trajes de lunares y volantes. Eso es Sevilla… y olé!
Os pondría de fondo unas «sevillanitas, miarma» para acompañar el post, pero mis conocimientos en WordPress no dan pa tanto… o, a lo mejor, es que soy antisevillano y me avergüenza el 3×4 (que seguro alguno lo piensa).
PD: Sé que este post no pinta na en La Buhardilla y, por eso, ofrezco mis disculpas; pero no os podéis imaginar lo inflados que tengo los cojones con esta mierda. Perdón!
PD2: agradecer a @martasegura usar la foto («Grasia, shosho!!!) y a @7vueltas darme, aunque indirectamente, el enlace y recordarme que la autora merecía ser nombrada.
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